Sentimos culpa cuando hacemos algo que sale de una norma, sea ésta explícita o implícita. Las normas o reglas nos sirven para regular comportamientos, para cuidar la convivencia social. Y ésta las interiorizamos, seamos más o menos conscientes.
¿Qué es la culpa? ¿Para qué sirve?
La culpa puede tener un sentido positivo, en tanto que nos indica que somos conscientes de la transgresión de una regla que puede alterar o dañar la convivencia. Si insulto a mi pareja, la culpa que sienta después es útil en tanto que me hago consciente del dolor que he causado, y me ayuda a poder tomar la acción necesaria para reparar este daño o dolor.
Y, ¿qué tiene que ver esto con fumar?
Pues bien, todas las personas sabemos, a estas alturas de la historia, que el tabaco y las sustancias químicas con la que lo mezclan en el tabaco preparado para fumar, son tóxicas para el cuerpo. No siempre fue así, en el siglo XVII se creía y promovía el uso del tabaco fumado como algo terapéutico, pero desde el siglo XVIII se empiezan a comprender y exponer los riesgos para la salud de su consumo.
El hecho de que sepamos que es perjudicial, puede servirte para alejarte de él cuando todavía no has creado el hábito de fumar, cuando todavía no has desarrollado la dependencia hacia la nicotina. Una vez dependes del tabaco, físca o psicológicamente, no sirve sólamente saber, intelectualmente, que es perjudicial, sinó que necesitarás comprender y aprender a salir de ese atolladero de la dependencia.
Comprendiendo al culpa
La culpa en positivo es útil porque nos señala lo que no nos va bien, lo que quizás haga daño a otras personas o a un@ mism@. Sin embargo, una vez que has tomado consciencia de aquello que no te sienta bien, o no le sienta bien a otra persona, ya no sería necesario estar recordártelo una y otra vez.
Cuando la culpa, la consciencia de la conducta a cambiar, se estanca, se queda como un peso, repitiéndose una y otra vez, puede estar quitándote energía, en lugar de favorecer tu crecimiento.
Si entras en bucle de culpabilizarte porque no dejaste de fumar antes, quizás porque fumas y no sabes cómo dejarlo o quizás ni te lo planteas por la dificultad que te supone, esta dinámica puede estar mermando tu autoestima, la imagen que tienes de ti mism@ e incluso tus probabilidades de abandonar el tabaco, si ese es tu deseo.
Por eso te propongo que vayamos a comprender la culpa.
Si necesitas ayuda para manejar el pensamiento constante de fumar, puedes leer este artículo del blog.
1- El mensaje de la culpa
Vaya por delante que si estás fumando, aún sabiendo que no “deberías” es porque no puedes o sabes hacerlo diferente en este momento, y esto es completamente válido e importante que veamos y comprendamos para poder atender el proceso de deshabituación tabáquica.
La culpa trae con ella un mensaje: hay algo que una parte de mi sabe que no “debería hacer”. En este caso te avisa que una parte de ti sabe que lo mejor para ti, para tu salud, tu familia y tu economía sería no fumar.
A nadie nos gusta sentir culpa, es una emoción desagradable, pero si puedo extraer esta valiosa información, puedo empezar a validarla y hacerme cargo de lo verdaderamente importante.
Lo verdaderamente importante para cada persona será diferente, puede que para ti sea tu salud, o puede que sea ahorrar, ofrecer un modelo de salud para tus hijos, o sentirte libre.
2- Responsabilidad
La responsabilidad es la criptonita de la culpa, lo que puede hacerla desactivarse, que disminuya o incluso desaparezca.
Si puedes aprender a tomar responsabilidad, de esa parte que dice que “no debería fumar”, la culpa se sentirá atendida y podrás aflojar el malestar.
Quizás estés pensando: “bueno, si pudiera no fumaría, pero es que no puedo dejarlo” “o no quiero dejarlo”.
Tomar la responsabilidad puede ser una pequeña acción en la dirección de tu camino de liberación, si ahora no te ves capaz de no fumar, ya sabes que hay una dificultad en verte como persona no fumadora.
Ahí sí puedes asumir responsabilidad, por ejemplo empezando a realizar prácticas, visualizaciones en las que te entrenas en imaginarte como persona no fumadora. Ese es tu paso asumible para empezar a responsabilizarte.
3- Observar la dinámica de la culpa con amabilidad
Aprender a observar la dinámica de la culpa te ayudará a transformarla. No te voy a engañar, no es fácil o agradable, generalmente huimos de la culpa, es un peso muy pesado.
Sin embargo sí podemos aprender a observarla, sin reaccionar a ella, o sin dar por válido el mensaje que puede que le acompañe.
Puede que tu culpa diga “eres un desastre que sigues fumando” o “eres incapaz de hacerlo” o cualquier otro mensaje que te hace sentir de manera desagradable y con poca energía.
Si puedes ver que esos mensajes son una forma de expresar un malestar, pero que no necesariamente son ciertos, podrás empezar a observar esa dinámica para empezar a modificarla.
Se trata de empezar a cultivar una mirada amable hacia esas partes de ti que sufren o sienten malestar. Esto, querid@ lector/a es una habilidad que se aprende con la práctica.
4- La culpa buena
Quiero exponerte también una culpa que es buena que sientas y atravieses. Esta culpa es aquella que aparece cuando transgredes una norma que has interiorizado, pero que en este momento de tu vida no es buena para ti.
Por ejemplo, imaginemos que te cuesta decir que no a las propuestas de otras personas, tu pareja, tu jefa, tu amiga, etc.
Si estás aprendiendo a poner límites que antes no ponías, es natural que aparezca una culpa, estás transgrediendo unos patrones o dinámicas que se habían establecido en la relación, y cuando dices que no vas a acompañar a tu amiga a fumar a la terraza (porque estás cambiando tus hábitos) quizás ella se sorprende y te pregunte por qué no, o insista, o se enfade y esté un poco distante.
Ahí puede ser que aparezca una culpa, y que es importante aprender a sostener, atravesar la culpa para poder mantener tu límite (saludable) en este periodo de tu vida.
Esta culpa irá disminuyendo a la par que vas ganando habilidad para establecer estos nuevos límites saludables para vuestra relación y para tu integridad y salud.
5- Practicar
La práctica es la clave de cualquier hábito y habilidad. Por lo que si tu foco ahora está en aprender a manejar esta dinámica de culpabilidad, es importante crear espacios y clarificar tu intención para llevar a cabo esta práctica.
La próxima vez que aparezca tu culpa no debería fumar, o me estoy haciendo mal anota en una libreta, o envía un pensamiento amable a tu culpa diciéndole me hago cargo como puedo ahora mismo y empieza a diseñar pequeñas acciones para recorrer tu camino de liberación.
Pequeñas acciones pueden ser :
- anotar todos los cigarrillos que fumas (y así tomas consciencia de tu hábito (para después poder modificarlo o cambiarlo)
- irte despidiendo mentalmente del cigarrillo: nuestros caminos se bifurcarán pronto, aunque todavía no sé cómo quiero empezar a despedirme de ti, etc…
- beber un vaso de agua antes de cualquier cigarro (para ir interrumpiendo el hábito)
- escribir una carta de despedida al cigarrillo
- diseñar un plan a X meses o años para dejar de fumar: e ir haciendo pequeños ejercicios para la deshabituación.
Hay muchas practicas que pueden servirte, muchas estrategias y fórmulas. Encontrar la tuya será una cuestión de decidir por dónde y practicar, practicar y practicar.
Que tu camino sea amable.
Si buscas ayuda para que sea un camino lo más amable y sencillo posible puedes contactarme para saber sobre mi acompañamiento individual y grupal.
Y si no sabes por dónde empezar y a la vez quieres dar un paso puedes descargar un audiotraining gratuito para ayudarte a preparar tu mente para dejar de fumar.
Hasta la próxima.
Un abrazo,
Sonia.