Me encuentro con personas en consulta que quieren “quitarse” la ansiedad. Esto es comprensible si entendemos que sufren, que viven momentos incómodos muy intensos, que no viven su vida como les gustaría, a veces momentos de pánico realmente agudos.
Sin embargo, cuando expresan que quieren “quitarse” que “desaparezca” a menudo va ligado con una exigencia de que eso no ocurra. Que sus vidas sigan igual en todos los aspectos, excepto de ese sentimiento de ansiedad.
No obstante, esto es justamente lo que dificulta que desaparezca la ansiedad. La ansiedad no viene de fuera para instalarse, es una señal de algo que está ocurriendo en mi vida. Y es clave saber qué quiere decir esta señal, para reorganizar mi vida y que así, finalmente, desaparezca.
Hay etapas en las que queremos machacar la ansiedad, arrancarla, y mandarla lejos, como si no tuviera que ver con la nosotras*. Y, bueno, existen pastillas que la camuflan, la tapan, y parece que ha desaparecido. Pero si vienen a verme es porque no quieren tomar estos fármacos para tapar.
Es importante darnos cuenta que si estoy viviendo una situación y quiero que cambie, algo querré cambiar yo para que sea diferente mi situación. Quizás dejar de hacer alguna actividad que aunque me encanta, me estresa hacerla ahora mismo, quizás empezar a dedicar tiempo para mi (5-10-15 minutos), quizás empezar a relajarme o meditar, quizás dejar mi trabajo, dejar de relacionarme con alguien con quien en estos momentos no me siento cómoda… Hay muchas opciones.
Pero si lo que quiero es no cambiar nada, no tomar fármacos, no empezar a hacer nada nuevo…y sólo que cambie la ansiedad…es como dar golpes con mi cabeza en la pared y esperar que no me duela. Porque la ansiedad es una parte de mi expresándose. Y querer que no se exprese es continuar alimentando la dificultad.
Vivir estos síntomas queremos verlo como una oportunidad para crecer. Y esto no es una frase hecha. Queremos manejar lo que nos pasa para que nos lleve a otro capítulo en nuestras vidas, a nuevas formas de entender nuestras circunstancias, a nosotras mismas, a vivir más plenas y satisfechas. Es una decisión. Y sólo tú puedes tomarla.
Dejo aquí el enlace de un vídeo para aprender a estar centradas, a manejar nuestras emociones a través del contacto con nuestra respiración. Le ha ayudado a muchas personas.
Gracias por llegar hasta aquí y compartir conmigo. Un abrazo.
*en este texto cuando utilizo el plural femenino incluyo femenino y masculino.